Como último recuerdo tangible de la antigua población de Haarzuilens, se encuentra la capilla situada junto al castillo. La existencia de esta capilla se menciona por primera vez alrededor de 1420, pero es plausible que la capilla sea aún más antigua; la torre todavía contiene restos de construcción de una fecha anterior. A pesar de que la población de Haarzuilens ha permanecido abrumadoramente católica romana a lo largo de los siglos, la capilla pasó a manos protestantes en la época de la Reforma.

Durante el siglo XVII, el edificio se fue deteriorando cada vez más. Tras derrumbarse parte del tejado en 1703, los habitantes de Haarzuilens utilizan la torre y el resto de la nave como establos y almacenes. No obstante, los detalles de la bóveda gótica de cañón de madera permanecerán claramente visibles bajo los restos del tosco tejado de madera de la nave hasta bien entrado el siglo XIX.

El barón Etienne van Zuylen decide no sólo reconstruir su castillo solariego, sino también restaurar la capilla como Slotkapel. El coro y la nave se construyen casi desde cero, mientras que el crucero conserva la antigua obra mural. El conjunto se hará en estilo neogótico. Durante las obras se encontraron restos mortales de, entre otros, antepasados del barón en ataúdes especialmente diseñados.

Las paredes están adornadas con un abigarrado conjunto de estatuas de santos que datan de varios siglos. Las más antiguas datan probablemente del siglo XIV. En la década de 1950 se construyó un amplio panteón bajo la sacristía. Desde entonces, varios miembros de la familia Van Zuylen han encontrado allí su última morada. Las tumbas tienen incrustaciones de mármol multicolor.

Hoy en día, es posible alquilar la capilla para celebrar bodas. Esta capilla centenaria se caracteriza por su serenidad y elegante sencillez. Las vidrieras, las estatuas medievales de santos y las coloridas pinturas crean un ambiente muy especial. La capilla tiene capacidad para 120 invitados.

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